lunes, 10 de noviembre de 2014



Seria demasiado fácil culparte de todo y condenarte como lo peor que alguna vez me paso. Sos tan culpable como yo, qué deje que mi cordura se desequilibrara.
Todas las vueltas terminaron la vez que llegamos a consumirnos. Sos tan predecible como yo cayendo una y otra vez en la misma tentación. Sos una de mis mayores mentiras y un capricho infinito. Somos una fantasia, somos todo lo irreal. Somos limitados, indefinidos, no convencionales.
La piel, la sangre, el deseo, nos une. Pero mas fuerte es el placer de la histeria, el juego y el espacio que existe entre lo que puede o no llegar a ser.

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